2011-07-13

¿Será que queremos paz?


Jesucristo vino al mundo para traer paz. Él es el Príncipe de la Paz. Zacarías, padre de Juan Bautista, profetizó sobre Jesús, diciendo que Él vendría para iluminar todos los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz (Lucas 1:79).

Los cristianos deben ser representantes de la paz en el mundo. Eso significa que ellos no solamente hablan de la paz, sino que luchan por ella. Significa que ellos anuncian la paz de Dios, y la paz de unos con otros. Hay veces que es necesario tomar actitudes concretas, como Jesús hizo. Él pregonó la paz, murió por la paz y resucitó.

Oremos: Señor, deseo la paz. Quiero promover la paz con gestos concretos. Hazme un discípulo tuyo y un siervo de la paz. Amén.
Fuente:
LHM Guatemala
"El Pueblo de Cristo con un Mensaje de Esperanza"
"The People of Christ with a Message of Hope"
www.cptln.org/guatemala

2011-03-03

¡En el verdadero amor no hay lugar para los celos!

Escenas de celos son frecuentes en la vida de las parejas. Hay esposos y esposas que, celosos y en un impulso de rabia, hacen cosas que lastiman. El celo  no  controlado puede convertir la vida en familia insoportable.
Dios nos dice por medio de la Biblia: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).
Para que podamos reprimir deseos y actitudes negativas, necesitamos buscar fuerzas en el Dios maravilloso que envió a su propio Hijo, Jesús, para salvarnos, muriendo en la cruz por nosotros.
Oremos: Padre nuestro, perdónanos por ser celosos de manera exagerada. En el nombre de Jesús, nuestro Salvador. Amén
Fuente: CPTLN

2011-01-06

Un Nuevo Año en Cristo Jesús




La Epifanía
La palabra griega epifanía, epifáneia, en su uso religioso, significa “manifestación”. Se refiere a una manifestación visible del Dios invisible, ora en forma de una aparición personal, ora por medio de alguna demostración de poder que da a entender quien es el que está presente. Esta temporada de Epifanía nos ofrece la oportunidad de predicar acerca de varias ocasiones en que Jesucristo, cuyo nacimiento hemos celebrado hace poco, se manifestó como el mismo Hijo de Dios, nuestro Señor y Salvador Divino. Es importante que lo hagamos, ya que es fácil creer por su nacimiento que era Dios mismo, que murió en nuestro lugar para unirnos a él en su vida divina por toda la eternidad.
MATEO 2:1..12 Este pasaje relata la historia de la visita de unos sabios al niño Jesús. Ellos vinieron a Jerusalén obediente a la revelación que recibieron de Dios por medio de una estrella. Estos le dieron homenaje al niño como Dios mismo y le ofrecieron dones digno de un ser divino, lo mejor que pudieron dar. La Epifanía es un día de gran gozo, en el cual tradicionalmente se reparten regalos los unos a los otros, como lo hicieron los sabios. Pero en nuestro culto celebramos que nuestro Padre celestial nos regaló lo más precioso. No sólo eso, sino que nos ilumina con la luz brillante de su evangelio, que nos crea y sostiene en la fe en Jesucristo hasta que nos introduzca en el lugar de su gloria eterna, en la que viviremos por los siglos de los siglos. De esta manera nos ha otorgado la vida y la salvación eterna. Por ese gran don, ¡demos gloria a su santo nombre!, y roguemos para que disfrutemos de la majestad y la gloria eterna de nuestro Dios en aquella vida celestial.
Dios guía nuestros pasos durante este año 2011, y así cumplir con su propósito de que el evangelio llegue a todos los pueblos de la tierra, para que tanto los judíos como los no judíos respondan a las buenas nuevas con fe y alegría Mateo 24: 14, como lo hicieron los sabios del Oriente. Ahora Jesucristo es nuestra estrella guiadora Ap. 2:28