Escenas de celos son frecuentes en la vida de las parejas. Hay esposos y esposas que, celosos y en un impulso de rabia, hacen cosas que lastiman. El celo no controlado puede convertir la vida en familia insoportable.
Dios nos dice por medio de la Biblia: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).
Para que podamos reprimir deseos y actitudes negativas, necesitamos buscar fuerzas en el Dios maravilloso que envió a su propio Hijo, Jesús, para salvarnos, muriendo en la cruz por nosotros.
Oremos: Padre nuestro, perdónanos por ser celosos de manera exagerada. En el nombre de Jesús, nuestro Salvador. Amén
Fuente: CPTLN
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